La edad es uno de los factores que más condicionan las inversiones. Según algunos expertos, los más jóvenes asumen, normalmente, un mayor riesgo frente a las personas más mayores que buscan la seguridad, protección del patrimonio conseguido… para poder disfrutar de una gran calidad de vida en la jubilación.
En cada etapa vital se presentan unas oportunidades que generan unas rentabilidades distintas que debes conocer si estás pensando en invertir.
Por un lado, el objetivo del inversor joven sería el de incrementar el capital y arriesgar en su inversión para obtener un mayor beneficio.
Por otro lado, en las últimas etapas de la vida con la jubilación, el escenario cambia radicalmente y el objetivo ahora sería el de proteger el capital conseguido y disminuir los riesgos a asumir.
- De 25 a 35 años: el tiempo es el mejor amigo de los inversores jóvenes. Se recomienda invertir en productos de mayor riesgo y que generen una rentabilidad elevada, porque si hubiera pérdidas habría tiempo para recuperarse. Es interesante empezar a pensar a largo plazo en una época en la que suele comenzar la vida laboral.
- De 35 a 45 años: en este caso, la mejor estrategia es diversificar inversiones entre arriesgadas y seguras, ya que aumenta la estabilidad económica pero también los gastos, que habrá que tener presentes. Esta etapa se caracteriza por tener grandes gastos: hipoteca, hijos, coche… y la capacidad de inversión merma. Los fondos de inversión y los planes de pensiones son los más apropiados, junto a la inversión en bolsa.
- De 45 a 55 años: lo más recomendable es disminuir a la mitad las inversiones arriesgadas hasta que solo supongan un 45%. En estos años los salarios aumentan por lo que es mayor la capacidad de ahorro; y las acciones y los fondos son los productos financieros más convenientes para esta edad.
- De 55 a 65 años: los gastos se reducen y es momento de disfrutar de lo que se ha conseguido. Para ello, se sugiere aumentar la seguridad en las inversiones.
- De 65 hasta…: estamos ante una época de decisiones. Tenemos que preguntarnos ¿qué es lo mejor que podemos hacer? ¿es suficiente con mi pensión?… Muchos son los que deciden acudir a su vivienda para recibir un plus que complemente su pensión y poder disfrutar de una gran calidad de vida. Como se consigue con la venta de la nuda propiedad de la vivienda con la que reciben una cantidad de dinero extra y aún continúan manteniendo el usufructo de la vivienda.
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En una encuesta realizada recientemente por el instituto BBVA, se extrae que una proporción considerable de españoles mayores de 59 años considera la vivienda como un bien del que cabe extraer ingresos en caso de necesidad durante periodos de la vejez que requieran gastos superiores a los regularmente disponibles. Así, el 49% de los jubilados que tengan una vivienda en propiedad estarían dispuestos a venderla «si les hiciera falta más dinero para vivir».
Aunque como señalan algunos expertos, no existe una distribución ideal entre la edad y el tipo de inversión, ya que esta tiene que adaptarse a las circunstancias personales de cada inversor y a su perfil específico. En este sentido, podríamos encontrar carteras para un mismo rango de edad muy diferentes.
LA REGLA DEL 120
La idea central que difunde esta regla es que cada año hay que rebajar un uno por ciento el porcentaje que se dirige a renta variable (riesgo). Por ejemplo, una persona con 25 años podría invertir un 95 % de sus ahorros en renta variable, una persona de 50 invertiría un porcentaje del 70 %, mientras que en una de 75 años ese porcentaje se reduciría a menos del 40%.